Karen Ramírez es docente de Matemáticas en el Colegio Miramar desde hace casi 11 años, un establecimiento con una alta presencia de estudiantes de origen extranjero (20% de la matrícula). “Hay muchos niños y niñas migrantes, muchos niños venezolanos, e impresiona la diversidad, su forma de hablar es distinta, su forma de ser, su educación”, cuenta.
Señala que fue “complicado” adaptar los procesos de enseñanza a las tecnologías con la pandemia aunque “no me cuesta aprender a usar las tecnologías que estamos usando ahora para hacer las clases, me adapto rápido”. Sin embargo, recuerda que se vivió “mucho estrés”.
¿Cómo han vivido el proceso de la pandemia y cómo es tu sala de trabajo híbrida?
Fue muy complicado. Estábamos a fines de marzo de 2020, y parecía que estábamos ya con el cansancio de diciembre. Tuvimos una sesión en la que quedamos muy impactados por el agobio de todos, en los cinco establecimientos del programa. Por otro lado, las salas nos facilitaron el tema porque invirtieron en tecnología.
¿Cuál es el porcentaje de estudiantes que están en la sala y cuales son más o menos los que están en su casa?
El aforo de la sala es de 14 personas. Cuando terminamos el segundo trimestre, empezó a aparecer más gente y ahora nos estamos sobrepasando, los niños van, y no se los puede mandar a la casa de vuelta, entonces tenemos que incluirlos.
¿Respecto del Programa Chaka, ¿qué experiencia me puedes contar en la que hayas incorporado alguna estrategia del programa y cuál te dio más resultados?
Algo que me pasó con Chaka es que yo pensaba que no me era posible hacer preguntas metacognitivas, pero a partir de la retroamientación de Tania de mis clases me di cuenta de que ya las hacía. Es decir me faltaba la metacognición de mi propio proceso.
¿Qué clases has hecho? ¿Qué tema trabajaste?
En cuarto medio hicimos un proyecto de estadísticas, también tenían que hacer una encuesta a un grupo de personas y el tema, aprovechando las circunstancias, era sobre el COVID; ¿Cuántas veces se había contagiado el grupo familiar? ¿habían mandado a residencia sanitaria? ¿Qué vacuna se pusieron? ¿Cuántas personas viven en la casa? Los alumnos tenían que hacer la encuesta, las tablas, calcular promedios, sacar conclusiones con respecto a eso. Y para eso usé el modelo de planificación invertida.
Ahora independientemente de Chaka, ¿qué otra experiencia has tenido con ellos que consideres que les interesó?
Me acuerdo que ha habido varias clases en distintos cursos donde los niños me han dicho que le ha gustado la clase, ellos mismos dicen que la hora se les pasó volando. De hecho, me pasó hoy en un curso. Estaba explicando el tema de probabilidades y miré la hora y quedaban cinco minutos, les avisé y me dijeron “¿pero tan rápido?”. Creo que esto sucede cuando ven algo nuevo. Se nota que hay confianza porque ya desde la semana pasada en los primeros medios, me han preguntado si soy yo la que les voy a dar clases en segundo medio.
¿Tienes alguna estrategia en relación a la motivación?
Cuando vamos a ver contenido nuevo sí, este año me he enfocado en buscar videos. Desarmamos prácticamente el objetivo, palabra por palabra para ir viendo qué palabra no entendieron, qué significa y que ellos expresen lo que piensan. Nunca les he dicho que está mal, ni las respuestas del ejercicio, ni la definición que me dan. Creo que si están preguntando en el momento que tienen la duda, hay que resolverla en el momento.
¿Qué herramientas de Chaka consideras que han sido más útiles?
Estoy contenta respecto de la metacognición y la retroalimentación porque lo que yo hago dentro de las pruebas es lo que nos enseñaron en la capacitación y lo que nos pedían. Pero creo que es un conjunto de todo, y la motivación con cada clase es distinta, depende de los niños, del estado de ánimo.
¿Este modelo de planificación invertida aporta algo a lo que ya habías realizado?
Sí, para mi fue diferente hacer la planificación invertida, de hecho todavía lo es.
¿Con qué te quedas como relevante de la experiencia?
No sé si alguna vez lo conté pero cuando estábamos con las clases a distancia, un día se me fue la clase completa conversando con los niños sobre la vida. Ellos querían hablar, contar, yo los escuchaba, y se pasó la hora.
¿Consideras esa clase perdida?
No, para nada.